Los errores habituales de las empresas de limpieza cuestan dinero, especialmente a sus clientes. Las pérdidas provienen de malas planificaciones, baja idoneidad de los productos de limpieza, metodología inadecuada, poca o nula supervisión, poca preparación y escasa profesionalización de la plantilla de limpieza, etc. Las causas son muy variadas.
Error 1: Supervisión inexistente, deficiente o insuficiente.
La figura del supervisor es crucial en una empresa de limpieza, es necesario visitar recurrentemente las instalaciones de los clientes para obtener de ellos el feedback necesario para mejorar el servicio, pero además se han de supervisar los procedimientos de limpieza, la aplicación de los productos, las dosificaciones, la uniformidad del servicio y muy especialmente la calidad del servicio de limpieza entregado.
Error 2: Limpieza con producto químico.
En algunos países ya están prohibidos los productos químicos de limpieza con el fin de evitar la formación de biofilms, porque una vez pasado el poder remanente de los bactericidas propios de estos productos, crecen exponencialmente todo tipo de bacterias, gérmenes, microorganismos, esporas, hongos, etc, también para evitar la toxicidad propia de los productos químicos que afectan directamente a la salud de las personas que trabaja en las instalaciones y la contaminación ambiental que los químicos producen cada vez que se utilizan.
Error 3: Barrer en seco, limpiar en mojado, o aspiración sin filtros Hepa.
Es muy importante no utilizar sistemas de barrido en seco, ni metodología que remueva el polvo, ya que en un solo gramo de polvo en el aire podemos encontrar más de 12 millones de bacterias que pueden llegar a afectar negativamente la salud de sus clientes y de los propios empleados de la empresa. Tampoco sistemas de limpieza o fregado en mojado ya que el desarrollo bacteriano está íntimamente relacionado con la humedad.
Error 4: No tener metodología documentada y no tener estándares de trabajo.
Tener estandarizados todos los procedimientos significa ganar tiempo y ganar dinero o, mejor dicho, el ahorro de tiempo de trabajo de limpieza y un ahorro costes para los clientes. La implantación de normas standard claras y precisas para todos los operarios de limpieza, además de mejorar la eficiencia y la mejora continua del servicio de limpieza, garantiza que el servicio sea uniforme, previsible y sin variabilidad independientemente de quién lo esté prestando. Además acelera la curva de aprendizaje de las sustituciones y limita las responsabilidades reduciendo fallos de servicio.
El servicio de limpieza no se puede improvisar, todo ha de estar planificado. El proveedor de limpieza ha de tener claro que tiene la responsabilidad, como empresa de limpieza, del confort y productividad de los trabajadores de su cliente, de la salubridad del ambiente de trabajo e instalaciones, incluso, en parte de la propia salud de los trabajadores.